Retrato Rafael Pombo

Rafael Pombo

Juan Chunguero


Era Juan Chunguero insigne gaitero
Con la misma gaita que fue de su taita,
Y aunque un aire sólo trinaba este Apolo,
Furibundo estrépito formaba con él.

Y muchas parejas, y aun viejos y viejas,
Bailaban en tanto con risa y con canto,
Y de ellos no pocos resultaron locos
Por arte diabólica del músico aquel.

La abuela Tomasa volviendo a su casa
Bailó una cachucha, tan ágil, tan ducha,
Que vieja y canasto se hicieron emplasto
Y tortilla espléndida de huevos con pan.

Dicen que un cordero salió maromero
Y montó en un lobo que andaba hecho un bobo.
Y que aquella vaca que ordeñaba Paca
Armó con el cántaro una de «¡San Juan!»

Iba en su camino sudando un pollino
Y dándole palo su enemigo malo,
Mas oyó al gaitero y ¡adiós del arriero!
Y ¡adiós carga y látigo, cabestro y cinchón!

Pero no hubo gloria en toda esta historia
Como la de aquella Pastorcita bella
Viendo ya encolada toda su manada,
Valsando alegrísima de la gaita al son,

Y al ver a Pastora aquel Juan Chunguero,
Y oyendo a Chunguero la linda Pastora,
El se hizo Pastor; gaitera, Pastora.
Y él su corderito y ella su cordero.



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