Alejandro Becerra
Maestría atípica
Promesa cumplida, de inmortalizar su nombre,
dejando por escrito su obra maestra
¡Usando claro!, el mecanismo acorde,
que lo cite de una manera siniestra.
Cuidando fielmente el aroma de la vida,
decidió enseñar a caminar por la avenida.
Ha decidido llenar el mundo de poesía,
con versos de amor y versos de agonía.
Lúcido y loco, combinación especial,
me brindó la llave de este mágico camino;
hoy le agradezco de forma magistral,
su gran aporte y consejo más genuino.
Con mi alto nivel de admiración y respeto,
dedico este escrito pintado de alegría,
a mi amigo, aquel de poderoso intelecto,
que está a la altura de Cortázar y Sabina.
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