Retrato José Martí

José Martí




Para Cecilia Gutiérrez Nájera y Maillefert

En la cuna sin par nació la airosa 
Niña de honda mirada y paso leve, 
Que el padre le tejió de milagrosa 
Música azul y clavellín de nieve. 

Del sol voraz y de la cumbre andina, 
Con mirra nueva el séquito de bardos 
Vino a regar sobre la cuna fina 
Olor de myosotis y luz de nardos. 

A las pálidas alas del arpegio, 
Preso del cinto a la trenzada cuna, 
Colgó liana sutil el bardo regio 
De ópalo tenue y claridad de luna. 

A las trémulas manos de la ansiosa 
Madre feliz, para el collar primero 
Virtió el bardo creador la pudorosa 
Perla y el iris de su ideal joyero. 

De su menudo y fúlgido palacio 
Surgió la niña mística, cual sube, 
Blanca y azul, por el solemne espacio, 
Lleno el seno de lágrimas, la nube. 

Verdes los ojos son de la hechicera 
Niña, y en ellos tiembla la mirada 
Cual onda virgen de la mar viajera 
Presa al pasar en concha nacarada. 

Fina y severa como el arte grave, 
Alísea planta en la existencia apoya, 
Y el canto tiene y la inquietud del ave, 
Y su mano es el hueco de una joya. 

Niña: si el mundo infiel al bardo airoso 
Las magias roba con que orló tu cuna, 
Tú le ornarás de nuevo el milagroso 
Verso de ópalo tenue y luz de luna.



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