Alejandro Becerra
Relatividad
Ayer, llorabas en tu cama,
soñabas que volviera ese amor
y mientras abrazabas a la almohada,
suplicabas que pasara el dolor.
Hoy, el pasado ya no pesa,
nada oscurece tu corazón
y aunque traicionó tu belleza,
tú no lo odias ni por equivocación.
Mañana, esto será enseñanza;
tu cuerpo y alma tomarán la lección:
Aunque sientas absoluta confianza,
solo debes creer en tu propio amor.
Y mientras escalas a la cima,
otro arderá en desesperación,
te verá, escondido en una esquina,
arrepentido por tener poco valor.
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