Luis Eduardo Aragón Salazar
Soliloquio
Hay un extraño que permanentemente
viaja conmigo a través del desierto, del tiempo;
abordo el vehículo de mi propio cuerpo,
me invade todo, a cada momento lo siento,
lo vivencio, y soy yo, pero soy otro,
El que blande pensamientos ignotos
remontándome al arcano remoto
desde donde contempla lo distinto que somos.
Uno y otro somos otro,
pero somos uno mismo
Unidos por un sino mítico:
Cuerpo y espíritu
danzando al frenético ritmo
de ser uno mismo,
que juntos vivimos,
pero no vivimos
bajo el mutuo y velado rechazo.
Nos queremos, pero nos odiamos;
nos sinceramos, pero nos engañamos
y al final nos integramos
bajo el oscuro presagio
de que nunca nos reconciliamos.
Y aunque el espíritu se aleje
por el cuerpo perseguido,
en alas de la muerte cabalgando,
terminarán unidos en extraño rito,
alma y vida hitarán en el infinito…
Y en la involución del método,
pienso… luego, existo,
pero mientras que no existo, porque no pienso,
y no pienso, porque ese que hay en mí, no soy yo,
y yo no soy quien habita en mí.
Retrato de la conciencia de un lejano yo,
yo cercano en la impotencia,
de saber que yo no soy quien soy.
Soliloquio – Poemario de lo abstracto
Colombia – 2004
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