
Alejandro Becerra
Trazos de despedida
Entre sumas y restas calculé tu vida y la mía,
me di cuenta que restabas un poco más cada día
y tuve que dejar el miedo, me armé de valentía,
sabía que, si no actuaba yo, nadie más lo haría.
Y aunque gozo de recuerdos de amor y alegría,
ya no puedo soportar tus locos disparates.
Me hundo en el barco que dejas a la deriva,
me arrastras a una guerra de múltiples combates.
Engañados en momentos por nuestro loco instinto,
olvidamos protegernos mutuamente del conflicto.
Dos seres a la mitad, rotos, personajes distintos,
alimentando sentimientos que ya están extintos.
Insistiendo en esta absurda y mal escrita poesía,
declaro mi partida, una victoria merecida.
Escribo para que sientas la viva melancolía
y que me despido extenuante de vivir en agonía.
Que descanses de mí, bella dama consentida;
yo descansaré de ti, aunque te piense toda la vida.
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