Pablo César Ledesma Cepeda
Fría noche, ardiente vino
Escuchando a Astor Piazolla
y su inigualable «Adiós Nonino»,
llegas, fría noche, tan sola,
tan única, como mi copa vino.
Me obligas a desvelarme,
noche fría de negro tino,
y con el encanto de tu arte,
poco a poco, consumes mi destino.
Y así, vuelvo a maravillarme
y ante tu majestuosidad me inclino,
porque mientras te destinas a amarme,
me tomas, como yo tomo mi copa vino.
Y, por casualidad, logro impresionarme,
pues ya no sé quién es quién en este trino,
si vienes sola y fría a tomarme
o si simplemente ya me tomó el ardiente vino.
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