Retrato Alejandro Becerra

Alejandro Becerra

Amante Súcuba


Decidí cortar de raíz,
aquel juego maldito.
Dejé en mi pecho cicatriz,
al arrancar aquel clavel marchito.

No hubo protesta alguna,
más bien una risa cruel;
mi desdicha era su fortuna
y su amor era de papel.

Vagué triste y moribundo,
con miedo a la soledad,
odiando a este puto mundo,
por crearla llena de maldad.

Y hay misterios tan profundos
que pesan más que el mar:
ella me sacó del inframundo,
¡y ya ves!, luego me disparó a matar.



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