Melissa Rosero Rodríguez
Venganza
Fueron seis noches, o tal vez más, en donde tuve la oportunidad de saborear la exquisitez de su cuerpo. Noches sin descanso, en donde el placer era el amo dominante de este par de cuerpos sumisos, creo que usted lo recuerda perfectamente. No parábamos, no queríamos parar. El deseo y la pasión nos arropaban una y otra vez, haciendo que el calor entre nosotros aumentara y todo terminara para volver a empezar.
Quizá olvida usted nuestros cuerpos sedientos y almas hambrientas por el reproche inequívoco del sexo, mas yo lo recuerdo perfectamente. Nos contamos los lunares, nos recorrimos las cicatrices, nuestras pieles se compartieron historias que solamente ellas conocían. Innumerables veces sus labios besaron los míos, con un ritmo lento que se agitaba en el momento oportuno, provocando el éxtasis mismo en mi cuerpo, para luego subir lentamente y besar mi boca.
Fuimos del otro, nos pertenecíamos sin lugar a dudas durante aquellas noches; hoy que nos encontramos en este bar, usted no es capaz de sostenerme la mirada. Usted no se atreve ni tan siquiera a saludarme con un ademán porque tiene a su lado a una persona que dice ser su dueña. No le importó tan siquiera que pasara muy cerca a ustedes, tanto como para sentir su perfume exquisito y el arrebato de celos de su pareja. Es una pena que la valentía con la que me pedía más y más durante las noches de pasión y deseo carnal, no le alcance ni para mirarme; al contrario, juega usted a la indiferencia y me observa con total extrañeza, como si yo fuese un ser totalmente desconocido para usted.
De ser así las cosas, proclamo que no me arrepiento de lo vivido, pero le dejo claro que el orgullo herido es mil veces más letal que la cicuta. De usted no espero más encuentros, con el desatino de esta noche me fue suficiente para entender que lo pasado, en el pasado quedará.
Simplemente me queda darle las gracias por lo vivido, y de antemano darle las gracias a su pareja, quien encontrará esta nota en su abrigo y, con lo territorial que denotó ser, entiendo que una vez lo lea se lo hará llegar.
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